Introducción: Hay personas que les parece duro comprender y aceptar las palabras de nuestro Señor Jesucristo cuando e! se refiere a la Cruz.
Muchos me han preguntado, ¿Qué significa para el creyente tomar la cruz y seguirle?
Porque Jesús dijo: "el que quiere venir en pos de mi, niéguese así mismo y tome su Cruz” y sígame" Mat 16:24; Mat 10:38.
1. Muchos ignoran que los que obedecen esta frase, que los invita a tomar la Cruz y a negarse así mismo. Estos no oirán en el día del juicio las Palabras de sentencia, apartaos de mí malditos al fuego eterno. Mat 25:41.
2. Los que toman su Cruz, verán y oirán la señal. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gloria; y enviará a sus Ángeles a juntar a sus escogidos de los cuatro vientos. Estos son los que han llevado su Cruz y le han seguido, hasta el fin. Mat. 24:30; Daniel 7:13-14, Mat 16:27; Apoc 1:7-8, 21:26-27.
3. La Cruz en el sufrimiento.
Si sufrimos con Cristo, también reinaremos con Él, 2 Tim 2:11-13, 1 de Pedro 4:13-14; Mat 10:33. Los sufrimientos del cristiano no aleja la presencia de Cristo de él. Acostumbrarse a soportar con valor las fatigas y las penalidades como un buen servidor de Cristo, 2 Tim 2:3-5. Los sufrimientos son las expresiones de la Cruz.
4. Jesús y la Cruz
Jesús marchó adelante llevando su cruz y en esa cruz murió por ti, para que tu también leves tu cruz y posiblemente mueras en ella (2 Tim 2:11). Esto es para vivir con Cristo. Si con él mueres, con El resucitarás y vivirás siendo su compañero en los padecimientos, también lo serás en su gloria.
5. Todo creyente debe gloriarse en la cruz de Cristo y lejos sea gloriarse de este mundo (Gal 6:14-15). Porque lo que hay en el mundo pasará, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre (1 Juan 2:15-17). Mirad que toda la vida cristiana se resume en la cruz, toda la perfección espiritual se basa en negarse así mismo y aceptar con gozo la cruz, Su cruz (Gal6:14). Efectivamente: unas veces sentirás dolor en tu cuerpo, otras veces angustia espiritual en tu alma. Esto es prueba de tu fe.
6. Todos los servidores del Señor debemos decir: soy ministro del Señor en dolor, en azote, en peligro, en necesidades, en hambre, con sed, con viajes frecuentes, con trasnocho, pobreza, angustia, preocupaciones por el bienestar de la Iglesia (2 Cor 11:23-28). Es decir no tenemos de que avergonzarnos de la cruz de Cristo, que a Él ea la gloria por siempre, amemos nuestra cruz.
2 de Corintios 11:23-28:¿Son ministros de Cristo? (como si estuviera loco hablo) Yomás; en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces.
De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.
Tres veces ha sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos peligroso de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar; peligros entre falsos hermanos: en trabajo y en fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias.
7. La bendición de las pruebas de nuestra fe.
Unas veces parece como si Dios te hubiera abandonado. Muchas veces tu prójimo pondrá a prueba tu paciencia y tu fe; y lo peor de todo es que no estarás contento con lo que tú eres y lo que haces.
Es necesario aceptar con alegría el ser afligido con diversas pruebas; porque estas adquieren calidad probada de fe. Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, el mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca (l Pedro 5:10; 1:6-7); Heb 13:20-21, 1 Pedro 1:6-7; 2 Tes 2:16-17.
8. Recurso fiel para el que padece:
El Señor te dice: e invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás (Sal 50:15) en la calamidad clamaste, y yo te libraré. Te respondí en lo secreto (Sal 81:7). "Me invocará y yo le responderé; con el estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré (Sal 91:15)". Los padecimientos aumentan nuestra relación con el Padre y mientas estemos en esta tierra habrá padecimientos y tribulaciones, pero Dios estará con nosotros, nunca nos abandona. Solo invoca su nombre en tu corazón. Amén.
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